Tengo una bombacha que me encanta. Es un cullote rayado de varios colores que, dicen, queda divino.
El problema es que cuando me lo pongo funciona como un automático cinturón de castidad.
Pero no porque de vergüenza (si lo habremos usado, por ejemplo, para evitar meter la pata cuando visitamos a ese "amigo" con el que nunca pasó nada, siempre quisimos y ahora sale con una amiga) ni por que no gusta (le han aplaudido, sin ir más lejos), sino porque tiene ese karma.
O maldición.
O gualicho.
Estoy pensando seriamente en quemarlo.
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