Uno de los grandes berretines que uno tiene en la vida, es mandar a la mierda a su jefe. Al menos antes de que su jefe lo mande a la mierda a uno, claro.
Yo lo hice en Argentina. Un buen día a las 10 de la mañana blah y alo conté. Me levanté, me fui y no volví más.
Mi ex jefe en baires, seguro que se cansó de putearme a mis espaldas despues de mi salida.
Pero lo de ahora es mejor. Mucho mejor.
Ahora, ni siquiera me muevo de oficina.
Y sofovi va a seguir viéndome la caripela, con estas variaciones a partir del domingo:
1) No es mas mi jefe.
2) Tiene banda de placas que hice yo, y que a partir de ahora se las va a tener que arreglar solo para pilotear. Lease: va a tener que venir a mí a PEDIRME que lo ayude.
3) Voy a poder decirle que no se me canta el quinto prepucio ayudarlo poque estoy ocupadísimo rascandome el cuarto y no va a poder decirme nada.
4) Voy a ver como se enquilomban tratando de reemplazarme con mi compañero de oficina (tb ruso) y como sofovi se lamenta dia a dia el no haber sabido cuidarme.
Bueno, habrá más, pero seguro vendrá con los días.
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