En el inicio, la oscuridad.
Luego apareció el papel.
Más tarde vino Word y lo que se borraba y se volvía a escribir, no borroneaba.
Finalmente llega el blog, y mágicamente aparece el público lector.
Pero al igual que cuando uno ven a Maradona y todos empiezan a darle a la pelotita sin necesidad de tener el mismo talento, la gente que no nació dotada para escribir, empieza a abrir blogs a lo loco. El equivalente a un mal partido de barrio con los 10 que se juntaron a descargar nervios.
Pero tarde o temprano todos dejan, porque el fiasco es evidente.
Entonces la involución los ayuda de nuevo: el Twitter.
Descubrí por una mala traducción en hebreo lo que es eso. Es el mini-blog para aquellos que abriendo un blog se dieron las narices contra su propia incapacida de redatar más de 5 palabras juntas. Entonces en ese blog(?) solamente vale escribir de a 5 palabras. Ideal para ellos. Al César lo que es del César.
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