A los 13 me daba verguenza comprar toallitas en la farmacia.
Luego empezó a dar verguenza comprar forros.
Más tarde me mandaron a comprar un test de embarazo (ojalá nunca tenga que vivirlo eso yo!) y tuve que ponerme a discutir sobre el más barato con dos jovenes farmacéuticos hombres (y uno de ellos buenmozo!).
Pero nada me dio más verguenza que preguntarle al vendedor:
"Disculpame, ¿el veneno para ratas?"
Y bue... asi somos...
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